lunes, 27 de julio de 2015

TAREA 3: CINE FORUM (Actividad para ejecutar) Julio 30 a Agosto 06

TEMA: CONSTRUCCION DE LA PAZ A TRAVES DE LOS DERECHOS HUMANOS

Ver la película 

LA LISTA DE SCHINDLER



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Elementos de debate (Tenerlos consignados en el cuaderno)
  • ¿Cómo se pudo llegar a la barbarie del Holocausto?
  • ¿Qué podemos hacer para que no vuelva a suceder?
  • ¿Qué piensas de que haya personas que afirman que el Holocausto nunca sucedió y que se trata de un invento de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial?
¿Cuál es la causa  del porque Oskar Schindler sufre un evidente cambio de actitud hacia los judíos a lo largo de la película?
¿La persecución que sufrieron los judíos durante la Segunda Guerra Mundial era fruto de una ideología racista?. ¿Qué intereses alimentaron, durante los años treinta del siglo XX, la expansión en Alemania de esta ideología?
En la película, los judíos son tratados como seres inferiores, desposeídos de la dignidad propia de todos los seres humanos.
¿Qué utilidad pueden tener textos como la Declaración Universal de Derechos Humanos para que hechos así no vuelvan a suceder?
Amón Göt, el jefe del campo de concentración de Plaszow, es condenado a muerte acusado de Crímenes contra la Humanidad. Indicar ejemplos de crímenes contra la humanidad cometidos por los nazis que salen en la película.

sábado, 11 de julio de 2015

TAREA 2: LA MORAL (actividad para ser revisada jueves 16 de julio)

1. Leer el siguiente texto.
2. Responder de acuerdo al texto las preguntas que se encuentran al finalizar el mismo.

ENFOQUE DEL ESTUDIO

¿Qué es la moral? ¿Qué significa ser una persona con moral? La moral se ha descrito como una forma especial de sabiduría: El “saber lo que se debe hacer.” Una definición tradicional de la moral es “la ciencia de lo que deberían hacer los seres humanos por ser quienes son.” La moral católica se basa en tres fuentes principales del conocimiento para llegar a conclusiones sobre cómo debemos actuar: recurso humano (el intelecto, don de Dios), experiencia humana (la sabiduría colectiva de otros, vivos y difuntos), y revelación divina (las enseñanzas de Dios tal como se expresan en la Sagrada Escritura, las enseñanzas de la Iglesia y la vida de Jesucristo).

INTRODUCCIÓN
La moral es una respuesta a un Dios cariñoso y una empresa continua para llegar a ser plenamente las personas que Dios quiere que seamos. Podemos responder a Dios por las siguientes razones:
Inteligencia y libertad – Dios nos ha dado inteligencia para conocer la verdad y nos ha creado como seres libres con dignidad, que comparten la propia vida de Dios.
Ayuda del Espíritu Santo – A través del bautismo, el Espíritu Santo viene a nosotros y nos concede muchos dones. Estos dones nos permiten seguir el camino de Cristo, una trayectoria que nos conduce a la vida plenamente humana y moral. El Espíritu Santo permite que Jesús viva dentro de nosotros y que trabaje a través de nosotros y nos da la capacidad de tomar las mismas opciones que Cristo hubiera tomado Apoyo de la Iglesia – A través de la Iglesia, recibimos la Palabra de Dios la cual contiene la ley de amor de Cristo. La Iglesia concede la gracia de los Sacramentos, especialmente la Eucaristía, por medio de la cual Jesús viene a nosotros y nos otorga el poder para alabar a Dios. La comunidad cristiana ofrece el ejemplo y la inspiración de muchos héroes cristianos (los santos) que han llevado una vida de fidelidad.
Guía del magisterio – La autoridad divina dada a la Iglesia para enseñar las verdades de la religión es lo que se conoce como el (magisterio. El oficio de la enseñanza de la Iglesia,  concedido al Papa y a los obispos como sucesores de los Apóstoles, tiene la misma autoridad de Cristo para enseñar (y delegar a otros), en su nombre, la verdad de la salvación que pertenece a la fe y a la moral.
La Ayuda de Jesucristo, hijo de Dios y salvador nuestro - Jesús es nuestro modelo y norma de lo que una vida plenamente humana debe ser. Ser moral es imitar a Jesús y permitirle entrar en nuestras vidas.

DEFINICION DE LA CONCIENCIA
Una definición de conciencia en el diccionario se refiere al “conocimiento del aspecto moral o ético de la conducta de una persona junto con el impulso de preferir el bien sobre el mal. “ Esta no es una definición completa desde el punto de vista cristiano católico de la conciencia. Para entender esto veamos lo que no es conciencia.

La Conciencia no es una opinión de la mayoría
Hay quienes afirman que la conciencia es simplemente cuestión de hacer lo que todos hacen. Si todos hacen así, entonces es aceptable. Este punto de vista de la conciencia renuncia al comportamiento personal para conformarse a la opinión y práctica popular.

La Conciencia no es un sentimiento
La propaganda de una soda decía “cuando eliges algo, lo que es bueno es lo que se siente bueno.” Este punto de vista de la conciencia afirma que el individuo es el creador de sus propias reglas morales y da respuestas solo a sí mismo. Tal perspectiva mantiene que la sinceridad es el valor primordial. “Si soy sincero y tengo buenas intenciones, entonces lo que hago está bien.”
El problema con los sentimientos, ya sean buenos o malos, es que nuestros sentimientos pueden estar fuera de contacto con la realidad, y con lo que verdaderamente es bueno o malo.

La Conciencia no es el súper-ego
El siquiatra Sigmund Freud vio la consciencia como el súper-ego, es decir, las reglas restantes de la niñez que llevamos en el inconsciente. El súper-ego es como el ático de una casa vieja. En vez de tener muebles, cargamos todos los “deberías” y “tendrías que” absorbidos de las figuras de autoridad en nuestras vidas. Nosotros seguimos estas reglas porque queremos aprobación (amor) de parte de estas figuras de autoridad, no porque personalmente vemos y entendemos el valor de las reglas.

La Conciencia no es instinto o corazonada
Con un poco de reflexión o estudio, algunas personas harán decisiones morales basadas en un instinto: “Mi intuición me dice que debo actuar de esta manera.” Un instinto o intuición sobre situaciones morales puede ser el comienzo útil en el proceso de hacer decisiones relacionadas con la moral, pero la conciencia cristiana es mucho más madura. Emplea el intelecto y juicio propios para entender cómo debemos amar a Dios y a los demás.

La Conciencia no es “Pepe-Grillo”
Algunas personas piensan que la conciencia es como una voz interna, una persona separada que vive dentro de nosotros, dictándonos lo que debemos hacer. La conciencia no es lo que Pinocho, aquel niño de madera, pensaba: un grillo susurrándonos lo que se debe hacer o no. La conciencia tampoco es un ángel guardián susurrando en nuestro oído.

La Conciencia no es un mito
Finalmente, algunas personas niegan la existencia de la conciencia personal. Estos escépticos creen que la conciencia es un concepto falso, un invento de las religiones organizadas para ayudar a controlar a la gente por medio de la culpa. Al final, la negación de la conciencia da como resultado que cada persona hace lo que le parece bien, sin importarle la responsabilidad personal ni el respeto por los derechos de los demás. La negación de la conciencia lleva a la muerte de la moral.

Lo que es la Conciencia
El Catecismo de la Iglesia Católica (#1778) da una excelente definición: “La conciencia es un juicio de la razón por el que la persona humana reconoce la calidad moral de un acto concreto que piensa hacer, está haciendo o ha hecho.” Los documentos del Concilio Vaticano II revelan más acerca del significado de la conciencia en esta definición: En lo profundo de su conciencia, el ser humano percibe una ley que no se ha impuesto sobre sí, pero que le mantiene en obediencia. Siempre llamándole a amar el bien y a evitar el mal, cuando es necesario la voz de la conciencia habla a su corazón: para evitar esto o aquello. Pues en el corazón del ser humano hay una ley escrita por Dios. Obedecerla es la propia dignidad de la persona y de acuerdo a ella, será juzgada. La conciencia es el centro y el santuario más secreto del ser humano. Allí está solo con Dios, cuya voz hace eco en su interior. En una forma asombrosa, la conciencia revela esa ley que se cumple por el amor a Dios y al prójimo (La Iglesia en el Mundo de hoy #16).

Esta definición revela tres aspectos entrelazados de la conciencia, los cuales hacen referencia a nuestro conocimiento de la verdad moral. Ellos son:
La Conciencia es el conocimiento del llamado de Dios a ser - El Vaticano II enseña que la conciencia es el lugar secreto en el centro de nuestro ser donde estamos solos con Dios. Allí cada uno puede oír la invitación amorosa a ser la persona que Dios desde la eternidad le ha llamado a ser: hijo especial de Dios, hecho a su imagen y semejanza. Por lo cual la conciencia es muy personal.
La Conciencia es el conocimiento del llamado de Dios a conocer y hacer el bien, o sea, amar – Nuestra vocación como personas con una dignidad profunda es la de reflejar a Dios, que es amor. Esto hacemos cuando le respondemos al bien. Lo hacemos cuando amamos. Lo hacemos cuando rechazamos el mal. Lo hacemos cuando obedecemos la ley que está escrita en nuestros corazones: la ley de amar a Dios y al prójimo como a uno mismo. La conciencia es un conocimiento básico del bien y del mal.
La Conciencia es un juicio práctico del intelecto – Este juicio nos ayuda en el aquí y ahora de un acto particular y concreto para descubrir la senda de amor y evitar la senda del mal. La conciencia es muy práctica. Nos urge a hacer el bien o a evitar hacer el mal, nos guía para hacer una acción o juzga las acciones ya realizadas como buenas o malas.

FORMACION DE LA CONCIENCIA
Estos tres puntos enfatizan la naturaleza personal de la conciencia, es decir, un llamado individual de Dios a ser una persona amorosa, a buscar la verdad moral, a hacer el bien en el aquí y ahora concreto. En la rutina diaria, la mayoría de nuestras decisiones de conciencia son implícitas. Entonces las hacemos por rutina o hábito y prestamos  poca atención. Derivan de los valores y actitudes ya adquiridas. Un buen hábito es la virtud que nos capacita a hacer el bien con facilidad.

En contraste con la mayoría de nuestras decisiones diarias, cuando tenemos que tomar decisiones más importantes, por regla general tomaremos el tiempo para acudir más explícita y deliberadamente a la conciencia. Hay momentos en los cuales es necesario hacer un “Alto” en el camino para examinar los hechos, pensar acerca de las alternativas y las consecuencias, para consultar a otros, y para orar acerca de cómo quiere Dios que respondamos en amor a la situación concreta. El cristiano está llamado a incorporar los siguientes principios importantes relacionados con la conciencia:

1) Usted debe formar y continuar informando su conciencia y 2) Usted debe seguir su conciencia. Teniendo esto en consideración veamos un método para tomar decisiones morales conocido con el acrónimo 4E (estudiar, elegir, ejecutar y evaluar), en inglés conocido como SEER (study, elect, execute and review).

Estudiar – La conciencia se preocupa por el descubrimiento de la verdad objetiva, de modo que no siempre actuamos según nuestros sentimientos o preferencias. Un principio clave de la moral católica es que debemos formar nuestra conciencia y trabajar durante toda la vida para mantenerla informada. Esto requiere estudio acompañado por reflexión y deliberación. Con respecto a una decisión en particular que necesita atención inmediata, debemos reunir información acerca del objeto moral (que se está haciendo), los motivos y las circunstancias implicadas en ciertas decisiones. Luego consideramos las posibles opciones y las consecuencias que resultan de cada uno. A continuación hay algunos principios fundamentales de la moral relacionados con todos los casos:
• Nunca haga el mal para logar un buen resultado (un objetivo bueno no justifica los medios errados para logarlo)
• Has con otros como deseas que hagan contigo (La Regla de Oro, Mateo 7:12).
• Ama a tu prójimo como a ti mismo (Romanos 14:21).
Para no caer en el prejuicio y el auto-interés, las personas de conciencia buscarán el consejo de mentores morales creíbles. También es necesario cuando se toman decisiones morales darle tiempo a la auto-reflexión, a examinar las verdaderas motivaciones, y a mirar experiencias pasadas en situaciones similares.

Elegir – Después de estudiar los asuntos implicados en una situación particular, llega el momento de elegir, esto es, escoger el plan de acción correcto. Su decisión estará basada en la consistencia entre la acción propuesta y lo que usted es como creación especial de Dios, hecho a Su imagen y semejanza. Parte esencial en la toma de decisiones es estar en la presencia del Señor y orar. Buscar consejo en la oración es una manera de ganar tiempo y de reaccionar contra una cultura que está siempre buscando la gratificación instantánea. La escucha en la oración significa prestar atención al Señor que habla a través de nuestro intelecto, imaginación, y recuerdos. Además, debemos prestar atención a cómo el Señor puede estar tocando nuestras emociones, juzgando si una propuesta de acción “se siente bien,” si es coherente con lo que realmente somos. Finalmente, en oración, debemos pedirle al Espíritu Santo que fortalezca nuestra voluntad con el don de la entereza a fin de que tengamos el valor de hacer lo que la conciencia nos indica como acción correcta, especialmente cuando esa acción es contra-cultural.

Ejecutar – Ejecutar o actuar es la tercera etapa durante la toma de decisiones morales. Esta implica el poner en acto lo que usted ha decidido en conciencia que es lo correcto en este momento. La acción implica responsabilidad. Debemos hacer lo que nuestra conciencia dice que es correcto. Cuando no lo hacemos, pecamos.

Evaluar – La conciencia no solo nos ayuda a discernir el plan de acción correcto antes de decidir y mientras actuamos, sino que también nos ayuda a evaluar y reflexionar sobre acciones que ya hemos realizado. Muchos santos a través de los siglos han recomendado un “examen de conciencia” cada noche para evaluar el día y descubrir lo que hemos hecho o no para llegar a ser o no, la persona que el Señor nos ha llamado a ser.

CONCLUSIÓN
Aun las conciencias bien formadas pueden equivocarse. La formación de la conciencia es una tarea de toda la vida. La conciencia nunca está perfectamente formada; está en continua formación mientras esté informada. Si usted sigue su conciencia en buena fe, aunque más tarde descubra que objetivamente estaba equivocado, usted no es culpable de pecado. En cambio, si usted viola la conciencia, aunque luego descubra que estaba equivocado, usted es culpable. El Catecismo de la Iglesia Católica presenta otros factores que nos pueden llevar a tomar malas decisiones de conciencia Estos son:
• Ignorancia de Cristo y su Evangelio
• Rechazo de la autoridad de la Iglesia y la enseñanza de la Iglesia en áreas de moral El mal ejemplo de otras personas
• Esclavitud de las propias pasiones
• Falta de un verdadero arrepentimiento
• Falsa idea de la autonomía de conciencia (por ejemplo: “Nadie me tiene que decir lo que debo hacer. Yo soy mi propia ley.”)
• Falta de amor
Una de las razones principales de una conciencia errónea es la ignorancia. A veces una persona puede haber pasado por alto un factor importante, o simplemente nunca fue enseñada la verdad acerca de alguna cuestión de la moral. Otro tipo de ignorancia resulta de la falta de sinceridad. En este caso, una persona se esfuerza poco o nada para descubrir lo que es la verdad o donde se encuentra la bondad. Este tipo de persona es perezosa o cerrada en su mente. Por ejemplo, considere una persona que está tratando de juzgar el curso de acción moral relacionada con una cuestión de confidencialidad. En lugar de consultar con individuos sabios y experimentados conocidos por su tacto, la persona en cuestión inmediatamente “chismosea” acerca de lo que escuchó en confianza. Esta persona es culpable del daño que haya causado pues pudo haberse informado sobre lo que era moralmente correcto hacer. Otra señal de una conciencia no sincera es la persona que ha caído en un hábito de pecado por el cual es más fácil elegir el mal. La fe en Jesucristo, la oración, y la búsqueda de guía en los maestros ordenados por Cristo puede ayudarnos a formar una conciencia buena y pura.

PREGUNTAS PARA RESPONDER

1. Describe las ideas equivocadas acerca de la conciencia.
2. ¿Cuáles son los dos principios claves en relación con la conciencia?
3. ¿Cuáles son las 4 reglas morales que nunca deben ser quebradas al tomar decisiones de conciencia?
4. ¿Debe una persona obedecer siempre su conciencia? ¿Por qué si o por qué no?

5. Enumere varios factores que pueden llevar a una conciencia errónea.

lunes, 6 de julio de 2015

TAREA 1: VALOR EN LA FAMILIA (Actividad para ser revisada el 07 de Julio) recordar que esta actividad se inicio en clase

RESPONSABILIDAD Y FAMILIA

En diversas ocasiones, se ha mencionado que la familia, es el núcleo de la sociedad, definición que para muchos, es la más exacta e idónea para clarificar no sólo lo que es la familia, sino su importancia dentro de la comunidad. Esto se debe, a que la familia, forma a quienes actuarán en el futuro, dentro de la sociedad. Cada padre y madre, forman a los hombres y mujeres del futuro; aquellos que tomarán en algún momento, las riendas del país. Por lo mismo, es de suma importancia, que las familias estén bien constituidas, para que sus hijos se puedan formar en un ambiente acogedor y amoroso; con ello, aprenderán no sólo a comportarse en sociedad, sino que repetirán la misma experiencia cuando tengan sus hijos. Es por lo mismo, que se dice que el hombre y la mujer, no sólo se unen para preservar la raza humana; su trabajo es mucho más complejo, pues solamente conformar una familia, en realidad, no requiere de mucho esfuerzo; lo difícil, es crear una familia, crear el ambiente propicio para que los hijos, crezcan y sean hombres y mujeres de bien.
Por otra parte, la familia, es la base para que todo ser humano, se pueda integrar de manera correcta a la sociedad. Por lo mismo, es que sus integrantes menores, deben ver los aspectos positivos de su familia, para potenciarlos en un futuro. Asimismo, los aspectos negativos, deben ser estudiados y anotados, para  no repetirlos en el futuro.

LA RESPONSABILIDAD EN LA FAMILIA 

El término responsabilidad fundamentalmente significa la habilidad y actitud de responder por nuestros actos. Una persona es responsable cuando todo lo que hace deja un buen decir de ella. Las personas irresponsables por el contrario, tienden a esconderse, disfrazarse o huir a las consecuencias de sus actos.
La responsabilidad es un rasgo del carácter que se forma en los hijos. No es una virtud, ni es un don que ellos traigan al nacer. Se forman entonces personas responsables, enseñándoles a responder por sus actos y sus decisiones. Desde luego, en el proceso de aprendizaje, los hijos pequeños deberán ser confrontados por sus padres para actuar y para ello es indispensable que se establezcan normas en casa por las que ellos puedan responder según su edad. Como integrantes de una familia, debemos ser conscientes de las responsabilidades que debemos asumir. Como Hijos, la responsabilidad en la familia implica:
ü  Apreciar y reconocer lo que nuestros padres hacen por nosotros
ü   Aceptar que somos parte de hacer que el hogar funcione lo más armonioso posible
ü  Obedecer y respetar las buenas acciones de los miembros del hogar
ü  Desarrollar las habilidades y destrezas al máximo de la capacidad de cada uno.

DECÁLOGO DE LA RESPONSABILIDAD

1. La persona responsable responde por sus actos. Por eso piensa antes de actuar y mide sus consecuencias.
2. Es responsable quien asume en forma cabal todos sus deberes y ejercita todos sus derechos.
3. “Lo que hay qué hacer se hace” –afirma Josemaría Escrivá, en Camino,- “sin vacilar, sin miramientos”, Responsabilidad es cumplir con el deber.
4. Excusarse, justificarse, buscar pretextos o eludir compromisos, son faltas de responsabilidad.
5. Ser responsable implica tener iniciativa. No es simplemente hacer lo que debo, sino emplear toda la inteligencia para hacerlo de la mejor manera.
6. Valorar las cosas importantes, ser conscientes de las repercusiones de los actos y huir de la frivolidad, son manifestaciones de responsabilidad.
7. Las consecuencias de los actos hay que asumirlas siempre, aunque la acción sea involuntaria.
8. Cuando voluntaria o involuntariamente hemos causado un mal a alguien, se debe resarcir el daño, sobre todo si el daño es contra la fama o el honor de alguien.
9. Otros valores relacionados con la responsabilidad son la prudencia al hablar y la justicia para dar a cada uno lo que le corresponde.
10. ¿A quién hay que responder de nuestros actos? A nosotros mismos, a la familia, a la escuela y a la sociedad.

TALLER

1.      Elabora tu propio concepto de responsabilidad y escribe cuál es la importancia de éste valor en la familia.
2.      Describe 5 acciones que demuestran tu responsabilidad.
3.      Escribe 3 ejemplos de situaciones en las que no has sabido ser responsable.
4.      Plantea en forma escrita 3 responsabilidades que se le deben asignar en casa a un niño de 7 años, a uno de 10 y a uno de 14.

5.      Elabora un pequeño manual con máximo 5 responsabilidades que deben cumplir cada uno de los integrantes de tu núcleo familiar.